La causa principal de un ataque cardíaco es la obstrucción causada por coágulos sanguíneos que bloquean las arterias coronarias por completo, interrumpiendo el suministro de sangre al corazón.
Existen dos tipos de placas: las duras y las blandas.
Las rupturas de las placas blandas, que son más difíciles de detectar, ocasionan cerca del 85% de los infartos. Pruebas como las tomografías computarizadas miden los depósitos de calcio, también conocidos como placas duras.
Un infarto también puede ocurrir cuando una arteria se contrae espasmódicamente y detiene el flujo sanguíneo. Este tipo de espasmos suelen deberse al estrechamiento de las arterias o al abuso de drogas (cocaína o anfetaminas), al tabaquismo (especialmente en mujeres que toman pastillas anticonceptivas), a ciertas infec- ciones virales o al estrés. Algunas de las causas más comunes de un ataque cardíaco son:
La arteriosclerosis genera otros problemas. Por ejemplo, la formación de placa puede debilitar las paredes vasculares y provocar un abombamiento llamado aneurisma. Como la sangre fluye a través de las arterias a una presión muy alta, los aneurismas pueden romperse en casos extremos.
Los antecedentes familiares aumentan significativamente el riesgo de desarrollar un aneurisma, al igual que el tabaquismo y la hipertensión arterial. El aneurisma más común es el de la aorta, la arteria principal que transporta sangre del corazón a todo el organismo.
Tener arterias obstruidas en otras partes del cuerpo puede provocar dolor y trastornos graves como la gangrena, que ocurre cuando los tejidos mueren por no recibir suficiente cantidad de sangre.
Los problemas cardíacos no solo afectan a los adultos. Investigaciones recientes han encontrado indicios de vetas de grasa en las paredes arteriales de algunos niños, lo que preocupa bastante a los científicos y médicos.
Además, según diversos estudios, la capacidad de los vasos sanguíneos infantiles para renovarse solos también puede verse afectada.
Al igual que en los adultos, los factores de riesgo para los niños son: niveles elevados de lípidos en la sangre, presión arterial alta, obesidad y diabetes.
Las evidencias de que la arteriosclerosis puede aparecer desde la niñez son muy convincentes. Por eso, médicos y nutriólogos ofrecen tratamientos para meno- res con sobrepeso. En ellos, los niños aprenden a cambiar su alimentación y se les anima a hacer más actividad física.
Si eliminas las grasas nocivas que circulan por la sangre, ayudarás a mantener tus arterias limpias y libres de placa sin importar tu edad. Esto significa limitar el consumo de grasas saturadas y reducir los niveles de colesterol “malo” o LBD haciendo ejercicio.
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