¿Cuánta agua necesita una persona?

Sin líquido no hay vida posible. Todos los procesos metabólicos tienen lugar en un medio acuoso... si falta agua, el organismo perece.

 ·  08/06/2023
¿Cuánta agua necesita una persona?

El agua tiene una variedad de tareas en el cuerpo: es el elemento principal de las células humanas y si no se suministra en forma suficiente, dejarían de funcionar. Además, más del 50% de nuestra sangre es agua, con la que transporta nutrientes a los órganos y elimina las sustancias que ya no se requieren en el organismo, como las toxinas. Por último, el agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración. Por consiguiente, beberla es vital.

¿Cuánta agua necesita una persona?

El cuerpo pierde entre 2.5 y 3 litros de líquido al día, especialmente en su paso por los riñones (1.5 l), los intestinos (0.1 l), los pulmones (0.9 l) y las glándulas sudoríparas (dependiendo de la actividad física y la temperatura exterior). Esta pérdida debe remplazarse, por lo que se necesitan al menos 2.5 litros de líquido por día para mantener el equilibrio. Pero esta necesidad puede aumentar, como en estos casos:

  • Cuando la temperatura se eleva en caso de fiebre, hay que beber al menos medio litro más al día.
  • En un día caluroso de verano, la pérdida de líquido a través de la sudoración puede alcanzar hasta 4 litros, que deben remplazarse.
  • En caso de diarrea o vómitos, se pierde una cantidad de líquido superior a la media, que debe suministrarse de nuevo.
  • Al hacer deporte, el cuerpo pierde mucha agua. Un corredor, por ejemplo, puede “evaporar” varios litros de agua, que deben ser renovados.
  • Con el líquido también se pierden minerales y sales, como sodio y potasio, y estos deben ser compensados.

¿Qué sucede con el agua?

El agua que consumes ingresa al intestino delgado a través del estómago. Una pequeña cantidad de líquido, especialmente en caso de una gran demanda, también se absorbe a través de la mucosa oral. En el intestino delgado, el agua entra a la sangre a través de la pared intestinal; los riñones regulan cuánta agua se elimina y cuánta se queda en el cuerpo. Con la deshidratación, la glándula pituitaria produce mayor cantidad de vasopresina, u hormona antidiurética HAD.

Esta indica a los riñones que deben retener más agua, y la cantidad de líquido en el cuerpo aumenta. Al mismo tiempo, se transmite la sensación de “sed” y es entonces que finalmente bebes algo. La sed surge cuando el cuerpo ha perdido más del 0.5% de su peso en líquido. Si hay demasiada agua disponible , se forma menos HAD, lo que inhibe la sed y aumenta la eliminación de agua a través de los riñones.

¿Qué sucede cuando falta agua?

A corto plazo, el cuerpo puede compensar la falta de agua al eliminar menos orina. Pero a largo plazo, las células pierden su funcionalidad. En primer lugar, el cerebro, que consta de casi dos terceras partes de agua, sufre una reacción muy sensible: las neuronas se secan. Los signos son irritabilidad, poca capacidad de concentración y falta de energía; si la deshidratación aumenta, se nubla la conciencia.

Haz esta prueba: pellizca la piel del dorso de la mano y libérala de inmediato; si esta vuelve lentamente al nivel normal de la piel es que te falta líquido. Otros signos importantes de deshidratación son tener los labios partidos y las membranas mucosas secas. Por eso es que el médico te pide que saques la lengua en la consulta, porque así puede estimar la cantidad aproximada de líquido que hay en tu cuerpo.


Finalmente, el volumen de sangre en los vasos también disminuye, y la sangre existente se vuelve más “gruesa”. Esto hace que la presión arterial descienda, y te mareas o se te nubla la vista… e incluso te puedes desmayar. El corazón late más rápido, a pesar de la menor cantidad de sangre o de una cantidad suficiente de oxígeno y nutrientes que se le puedan aportar las células; es decir, se sienten fuertes palpitaciones o taquicardia. Finalmente, la sangre más espesa puede conducir a la formación de coágulos y se puede llegar a presentar una trombosis.

Es común que las personas beban una cantidad insuficiente de líquidos. Algunas veces esto se debe a la dificultad para tragar (disfagia), quizá por la inflamación de la mucosa oral o faríngea. Pero generalmente es porque piensas que no tienes sed. Y eso a menudo es cierto, porque la sensación de sed es una señal tardía de falta de líquidos. Con frecuencia, esta sensación se ignora porque no es apropiado to- mar una bebida, o porque temes tener que ir al baño con más frecuencia.

¿Cuál es la mejor manera de obtener líquidos?

Nadie tiene que beber 2.5 o incluso 3 litros al día, porque los alimentos como el yogurt, la lechuga, la fruta o el queso crema también contienen mucha agua. Y si te gusta comer sopas… ¡claro que también cuentan! Lo importante es no deshidratarte.

Por muy tentador que sea en los días calurosos y cuando tengas mucha sed, no bebas nada demasiado frío, puesto que el cuerpo primero tiene que calentar los líquidos fríos. Por lo tanto, permanecen significativamente más tiempo en el tracto digestivo y pueden desencadenar indigestión, ardor en el estómago o flatulencia. Además, los líquidos fríos le dan al cuerpo la sensación de que hace frío afuera, con lo que acelera su transpiración. En días calurosos, esto puede provocar un golpe de calor: un sobrecalentamiento del cuerpo que pone en peligro la vida.

La mejor manera de cubrir la cantidad de líquidos que necesita el cuerpo en forma razonable es bebiendo agua. No tiene que ser agua mineral (sin gas), pues el agua común y corriente es inofensiva desde el punto de vista de la salud. Sin embargo, las aguas minerales tienen la ventaja de que, como su nombre lo indica, también contienen minerales importantes. Por supuesto, beber agua sola todo el tiempo puede ser aburrido a largo plazo, y a menudo es la causa de que uno deje de beber. Un preparado hecho con un tercio de jugo de manzana y dos tercios de agua, o las infusiones de frutas y hierbas son, por lo tanto, una buena alternativa. También puedes probar este “suero”: agrega un poco de sal de mar, bicarbonato, miel de abeja y jugo de limón a un litro de agua. Es refrescante y ayuda a remineralizar el organismo.