Mucho se habla de alimentarse sana y adecuadamente; sin embargo, también debe tomarse en cuenta un aspecto sumamente importante: la seguridad de los alimentos. Y es que, cada año son muy frecuentes las enfermedades que se trasmiten por alimentos (comúnmente, intoxicaciones). Estas ocasionan miles de hospitalizaciones e incluso muertes. Los gérmenes que causan estas enfermedades no son lo único que acecha en la comida. Hoy día, a muchos les alarman los pesticidas, los contaminantes y los aditivos que hay nuestro plato con los alimentos. En esta entrada, te hablaremos acerca de estos últimos: qué son los aditivos y por qué preocupa su excesivo consumo.
Por siglos, las personas han realzado sus alimentos con saborizantes, conservadores y colorantes. Algunos ingredientes parecen alarmantes, pero tienen una finalidad. Pocos alimentos llegan a los supermercados libres de aditivos (sustancias que no se dan de forma natural y se añaden por varias razones). Entre estos se encuentran los conservadores, los emulsionantes para que el agua y la grasa no se separen, los espesantes, las vitaminas y los minerales (para reponer los nutrientes perdidos en el procesamiento o para aumentar el valor nutritivo), los edulcorantes naturales y artificiales, la sal, los saborizantes y los colorantes.
Los aditivos están estrictamente regulados y han pasado pruebas de inocuidad, pero es preocupante el consumo excesivo de algunos: el azúcar, el jarabe de maíz, la sal y las grasas trans pueden propiciar obesidad, hipertensión y cardiopatías. Así que céntrate en alimentos naturales e integrales como frutas y verduras frescas, granos enteros, legumbres y frutos secos. Al comprar comida empacada, elige la que tenga la lista más corta de ingredientes.
Aunque los aditivos en general son seguros, es mejor evitar algunos. El Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI), organización no lucrativa de EE. UU., recomienda evitar estos:
La organización cuestiona la investigación que sustentó la inocuidad de este edulcorante artificial.
Según el CSPI, el azul núm. 2, el verde núm. 3, el rojo núm. 3, y el amarillo núm. 6 se han vinculado al cáncer en animales de laboratorio. El amarillo núm. 5 puede provocar reacciones alérgicas.
Combate la rancidez; se vicula al cáncer en roedores.
Presente en las gaseosas de cola; puede estar contaminado con sustancias que algunos creen cancerígenas.
Se encuentra en algunos panes, se asocia al cáncer en animales.
Por décadas, se ha pensado que este edulcorante artificial es cancerígeno.
Usados para conservar y dar color a tocino, jamón y pescado ahumado; pueden estimular la creación de sustancias cancerígenas.
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