Hábitos en casa para reforzar tu sistema inmunitario

Cuando una enfermedad benigna como un resfriado empeora, o una pequeña herida se infecta o tarda mucho tiempo en sanar, puede ser que tu cuerpo esté inmunocomprometido.

 ·  06/12/2022
Hábitos en casa para reforzar tu sistema inmunitario

El sistema inmunitario es el conjunto de medio utilizados por el cuerpo para defenderse de ataques externos (infecciones, toxinas, etc.) o internos (cáncer). Por lo tanto, la inmunosupresión debe tomarse en serio.

Causas principales de un sistema inmune débil

Enfermedades inflamatorias

La mayoría de los casos son causados por enfermedades inflamatorias (llamadas autoinmunitarias, porque el sistema inmunitario ataca las células del propio cuerpo), cáncer, ciertos fármacos (antiinflamatorios o tratamientos (radioterapia).

Estrés y depresión

El estrés y la depresión también pueden causar el colapso del sistema inmunitario.

¿Y cuáles son los síntomas?

Cuando una enfermedad benigna como un resfriado empeora, o una pequeña herida se infecta o tarda mucho tiempo en sanar, puede ser que tu cuerpo esté inmunocomprometido, por lo que debes consultar a tu médico. Asimismo, mantente alerta de estos síntomas:

  • Fatiga
  • Infecciones recurrentes
  • Infecciones persistentes
  • Infecciones por gérmenes muy comunes

Aprende a cuidarte en casa con sencillos hábitos

Mantener un sistema inmunitario eficaz requiere adoptar un estilo de vida saludable cuanto antes. Se basa en una buena alimentación, una buena respiración, actividad física diaria sin ser excesiva, sueño que no corresponda a las necesidades de cada uno, el control del estrés y la máxima reducción del los contaminantes domésticos. Para ser más específicos, aquí los siguientes puntos:

1. Dieta variada, sana y equilibrada

Consume alimentos tales como los cereales integrales, frutas frescas y deshidratadas; productos lácteos (yogurt, queso fresco); abundantes verduras, legumbres, huevos, frutos secos (almendras, avellanas, nueces, etc.); pescados, mariscos, carne blanca y roja magra; aves y ácidos grasoso omega 6 y omega 3 (aceites orgánicos de oliva, canola y nuez).

2. No a los azúcares de liberación rápida

Sí, nos referimos a esos que dan energía de corta duración y luego hacen que te venza el cansancio (confitería, mermeladas y jaleas, repostería casera e industrializada, pasteles, helados, bebidas industrializadas, gaseosas, etc.).


3. Grasas saturadas al mínimo

Reduce tu consumo de alimentos ricos en grasas saturadas (mantequilla, carnes frías, crema, frituras, quesos, salsas, carnes grasas) o demasiado salados (papas fritas, carnes frías, conservas, alimentos industrializados, embutidos).

4. Beber líquidos

Bebe abundantes líquidos (1.5-2 L al día, principalmente fuera de las comidas), como agua, infusiones, té verde, jugos de verduras. Evita las bebidas alcohólicas y las estimulantes (café, té negro, bebidas de cola).

5. Buena respiración

Adopta una respiración amplia, tranquila, abdominal y torácica, bien articulada en cuatro etapas: inhala, pausa, exhala, pausa. Esto ayuda a controlar el estrés y las emociones, y a oxigenar los músculos y el cerebro.

6. Cero tabaco

El tabaco es un contaminante que altera el sistema inmunitario casi casi por naturaleza.

7. Actividad física

La actividad física es esencial. Practica un ejercicio enérgico 30 minutos al día, de preferencia por la mañana.

8. Descansa bien

Duerme lo suficiente (de 7 a 8 horas). Acuéstate temprano y levántate temprano.