¿Por qué lloramos? Los poderosos efectos del llanto en cuerpo y mente
Las emociones intensas, sean positivas o negativas, pueden desencadenar lágrimas como una forma de liberar tensión.

Lloramos cuando sentimos alegría, tristeza, enojo, frustración y ternura… pero ¿por qué? Le pedimos a algunos de los principales expertos mundiales en llanto que nos explicaran este fenómeno profundamente humano. Tal vez ya sospechabas que llorar tiene un gran efecto en el cuerpo y la mente. Y tienes razón.
Alivio del estrés
Somos la única especie que llora por emociones. Aunque los científicos no comprenden del todo cómo se relaciona el acto físico de llorar con nuestros sentimientos, una de las funciones del llanto podría ser aliviar la tensión física.
Según la Dra. Lauren Bylsma, psiquiatra y profesora en la Universidad de Pittsburgh (EE. UU.), “el llanto comienza después del pico de excitación fisiológica, cuando disminuye la actividad simpática y aumenta la parasimpática, lo que ayuda al cuerpo a volver a la calma”. Es decir, llorar nos ayuda a pasar del estado de lucha o huida al de descanso y recuperación.
Mejora el estado de ánimo
Llorar puede hacernos sentir mejor. “Dos tercios de las personas afirman sentirse mejor después de llorar”, señala el Dr. Jonathan Rottenberg, psicólogo de la Universidad del Sur de Florida. Sin embargo, en estudios de laboratorio este efecto no siempre es tan claro. La clave, según el Dr. Ad Vingerhoets, experto mundial en llanto, está en cómo reaccionan los demás: si ofrecen apoyo y comprensión, el llanto realmente ayuda.
A veces nos hace sentir peor
Llorar en público o en contextos inapropiados puede hacernos sentir avergonzados. Llorar en casa o con seres queridos puede ser reconfortante, pero en el trabajo o frente a extraños, podría generar incomodidad. Y aunque a largo plazo nos sintamos mejor, el efecto inmediato del llanto puede ser bajarnos aún más el ánimo.
Comunica nuestras emociones
El llanto tiene un origen biológico: en los bebés, es una forma de atraer la atención de sus cuidadores. En adultos, este acto evoluciona y transmite un mensaje claro: “¡Ayúdame!”. Es una señal de vulnerabilidad y necesidad que fortalece la comunicación emocional.
Fortalece vínculos
Llorar delante de personas de confianza refuerza los lazos emocionales. Revelar nuestra vulnerabilidad nos hace más humanos, y puede generar empatía y apoyo en quienes nos rodean.
Puede influir en los demás
Aunque no queramos manipular, las lágrimas pueden cambiar la actitud de quienes nos rodean. “El llanto puede reducir la agresividad de otros en situaciones de conflicto”, explica la Dra. Bylsma. También puede suavizar posturas y abrir la puerta a la reconciliación.
Una experiencia privada
Muchos prefieren llorar a solas, como una forma de desahogo. A menudo, el llanto privado está ligado a momentos de reflexión o incluso a un acto de conexión con lo espiritual.
¿Elimina toxinas?
El bioquímico William Frey sugirió que las lágrimas emocionales contienen más proteínas y subproductos del estrés que las lágrimas provocadas por irritación. Sin embargo, esta teoría aún no ha sido comprobada con rigor en estudios recientes.
Función protectora de los ojos
Más allá de lo emocional, las lágrimas mantienen nuestros ojos húmedos y protegidos. Su función biológica es evitar que se resequen y eliminar partículas externas.
Influencia hormonal
La testosterona podría inhibir el llanto, mientras que los cambios hormonales en mujeres pueden intensificarlo. También influye la cultura: los hombres tienden a reprimir el llanto por presión social.
Efectos físicos del llanto
Llorar es una experiencia intensa: causa sudoración, temblores, secreción nasal y palpitaciones. A corto plazo, puede ser estresante, pero a largo plazo promueve la relajación.
Otras hormonas involucradas
Se ha propuesto que la prolactina y las endorfinas están relacionadas con el llanto, lo que explicaría por qué a veces lloramos tras el orgasmo o cuando estamos profundamente conmovidos.
El llanto de alegría también relaja
Llorar no siempre es consecuencia del dolor. También lo hacemos ante una boda, un nacimiento o una puesta de sol. Las emociones intensas, sean positivas o negativas, pueden desencadenar lágrimas como una forma de liberar tensión.