Cuida tus articulaciones

Son muchos los padecimientos que producen dolor intenso en las articulaciones, como la bursitis, la gota y la artritis. A veces, la flexibilidad y la fuerza de las articulaciones también se ven afectadas por la inflamación de tejidos circundantes, como los tendones.

 ·  22/05/2023
Cuida tus articulaciones

En algunas circunstancias, una enfermedad en particular puede afectar una sola articulación, como la rodilla. En otros casos, son varias las zonas afectadas: cadera, muñecas o dedos de los pies. A menudo, el reposo y los tratamientos manuales pueden ayudar a reducir el dolor, pero en ciertos casos es necesario tomar analgésicos o someterse a una cirugía.

Bursitis

La inflamación de las pequeñas bolsas llenas de líquido que permiten a las distintas partes del cuerpo deslizarse sin fricción recibe el nombre de bursitis.

Aunque tenemos al menos 150 bolsas en el cuerpo, solo unas cuantas causan los problemas más comunes: las que se localizan entre la piel y el hueso del codo; las que están alrededor de las articulaciones del hombro y la cadera (así como los músculos y tendones correspondientes), y aquellas ubicadas en la cara anterior de la rótula y la parte posterior del talón.

Algunos tipos de reumatismo articular, como la artritis reumatoide y la gota, producen inflamación en las bolsas. También corres riesgo si tienes una ocupación o pasatiempo en el que sueles imponer un exceso de carga a las articulaciones, como trabajar en el jardín.

Si experimentas hipersensibilidad y dolor que empeora con el movimiento, es probable que padezcas bursitis. La zona afectada puede verse inflamada o enrojecida y sentirse caliente.

Qué hacer

En la mayoría de los casos, la bursitis desaparece en una o dos semanas. Basta con reposar, aplicar hielo y tomar algún medicamento antiinflamatorio. Si lo anterior no funciona, es necesario visitar al médico. La falta de tratamiento, sobre todo en el hombro, puede producir rigidez progresiva e inmovilidad permanente en la articulación.

Tendinitis y tendinosis

Los tendones son estructuras fibrosas que unen el músculo al hueso. Algunos son largos y otros cortos. Por lo general, si el músculo se mueve con facilidad, el tendón también lo hace. Sin embargo, el uso prolongado o intenso pueden causar problemas.

La tendinitis ocurre cuando se inflama un tendón; con el tiempo, esto puede ocasionar tendinosis (desgaste del tendón sin inflamación real). Aunque ninguna zona del cuerpo está exenta de riesgos, el hombro, el codo, la rodilla y el talón suelen ser las más afectadas.

Conforme envejecemos, los tendones se desgastan y pierden elasticidad, lo cual aumenta el riesgo de experimentar dolor al realizar el mismo movimiento muchas veces.

Esto sucede, por ejemplo, al jugar tenis, arreglar el jardín o pintar la casa. Los tendones también pueden lesionarse debido a una mala postura, un estiramiento excesivo o falta de calentamiento adecuado antes de una rutina de ejercicio.


Qué hacer

Independientemente de cómo desarrollaste el dolor en los tendones, puedes aliviarlos siguiendo estos sencillos pasos:

  • Deja de moverte: Suspende cualquier tipo de actividad y reposa.
  • Rompe el hielo: Coloca una bolsa de hielo o compresa helada en la zona afectada durante aproximadamente 20 minutos, para calmar el dolor y la inflamación.
  • Usa analgésicos: Es hora de recurrir al paracetamol, el ibuprofeno o el naproxeno. Toma la dosis recomendada en el empaque.
  • Aplica calor húmedo: ¿La inflamación cedió, pero aún tienes dolor? Coloca una almohadilla térmica o un paño húmedo caliente en la zona afectada por 20 minutos. El calor dilata los vasos, lo cual aumenta el flujo sanguíneo en el área. Esto es fundamental para acelerar el proceso de curación. Después de aplicar calor, masajea la zona o estírate suavemente.

Gota

Este padecimiento doloroso se debe a un exceso de ácido úrico en el cuerpo, el cual se deriva de las purinas (compuestos presentes en el organismo y en varios alimentos).

La sobreproducción de ácido úrico da pie a la formación de cristales, los cuales se acumulan en las articulaciones y el tejido circundante, especialmente en el dedo gordo del pie.

Todo esto provoca dolor intenso e inflamación. También puede haber depósitos de cristales en otras partes del cuerpo, como pies, tobillos, rodillas, manos y muñecas. A menudo, el dolor empieza por la noche. Un acceso puede durar entre una y dos semanas, y afectar una o varias articulaciones. Quienes corren mayor riesgo son:

  • Personas que beben alcohol en exceso
  • Pacientes con hipertensión, diabetes u obesidad no controladas
  • Cualquier persona que tome ciertos medicamentos, como diuréticos para controlar la presión arterial elevada
  • Personas con antecedentes familiares de gota
  • Hombres de entre 40 y 50 años de edad
  • Mujeres posmenopáusicas.

Qué hacer

Los detonantes más comunes de la gota son el consumo excesivo de vísceras animales (como hígado y riñones), el abuso de alcohol, una infección, lesión o cirugía reciente. Afortunadamente, el médico puede abordar el problema con fármacos, dieta y otros cambios en el estilo de vida.

La clave para prevenir el dolor es evitar todas las situaciones que favorecen la acumulación de ácido úrico.

Osteoartritis

¿Tu cuerpo amanece rígido como el de un robot y tienes más de 40 años? Pues ese crujir matutino podría ser señal de osteoartritis, un desgaste del cartílago que recubre las articulaciones. Esta dolorosa enfermedad puede afectar cualquier articulación, pero se presenta con mayor frecuencia en la cadera, las rodillas, las manos y la columna vertebral.

Es común que los pacientes experimenten dolor y rigidez por las mañanas; también puede haber inflamación o hipersensibilidad articular y dificultad para flexionar la zona afectada. Incluso hay quienes llegan a sentir fricción entre los huesos debido al desgaste del cartílago. Ciertos factores aumentan el riesgo de padecer osteoartritis, como:

  • La edad
  • El género (son muchas más las mujeres que padecen osteoartritis)
  • La obesidad
  • La deformación ósea o defectos del cartílago
  • Las lesiones articulares (una antigua lesión deportiva que vuelve a molestarte)
  • Padecimientos que afectan las articulaciones, como la gota y la artritis reumatoide.

Qué hacer

Aún no existe una cura para la osteoartritis, pero es posible atenuar el dolor y reincorporarte a tus actividades favoritas; basta con probar una o varias de las siguientes medidas:

  1. Reposa: Si te duele una articulación, evita ejercer presión en ella durante las siguientes 24 horas. Solo asegúrate de levantarte y caminar un poco durante 10 minutos cada hora.
  2. Alterna compresas: Aplica 20 minutos una compresa fría en la zona afectada varias veces al día, para aliviar el dolor y los espasmos musculares. Alterna con una compresa caliente durante 20 minutos.
  3. Prueba una pomada con analgésico: Los medicamentos en forma de crema o gel que contienen sustancias antiinflamatorias pueden ayudar a calmar el dolor y la inflamación.
  4. Haz que te revisen la articulación: Si el dolor, la rigidez y la inflamación se prolongan por más de dos semanas, haz cita con el médico para que te revise y averigüe qué está pasando.
  5. Actívate: Esta recomendación parece desafiar la razón cuando hay dolor. No obstante, la actividad física es el mejor remedio para aliviar las molestias y mantener la salud y fuerza de los músculos que rodean las articulaciones. De preferencia, elige actividades de bajo impacto, como los deportes acuáticos o la bicicleta estática.
  6. Baja de peso: El exceso de peso aumenta la presión en las articulaciones. Fíjate la meta de bajar entre medio kilo y un kilo por semana. Disminuye el consumo de azúcar y comida rápida; come más verduras y granos enteros, reduce el tamaño de las porciones y ejercítate 30 minutos al día.