Las fuentes de estrés y ansiedad en la vida cotidiana son numerosas. Los problemas con el trabajo o los estudios, las discusiones con familiares, las dificultades económicas y las relaciones personales problemáticas pueden agotar tus reservas emocionales, aumentando tu propensión a presentar cosas como la irritabilidad, la tensión nerviosa y el estrés. Estas condiciones pueden volverse crónicas y causar síntomas físicos si no te das tiempo para relajarte.
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Tener mal genio o enfadarse con facilidad es una respuesta emocional y fisiológica natural ante acontecimientos que parecen amenazadores. La irritabilidad puede deberse a:
Sentirse irritable puede tener repercusiones físicas: aumentar el pulso, tensar todos los músculos y provocar una sensación como de un nudo en el estómago. Es poco probable que un médico le recete algún tipo de medicamento a alguien que sufre irritabilidad. Más bien, te preguntará sobre las tensiones y presiones subyacentes, y te aconsejará que descanses mucho y que te inicies en alguna forma de relajación.
Suele deberse a la incapacidad para hacer frente a las presiones de la vida. Se caracteriza por una sensación de no poder concentrarse o completar una tarea, y puede ir acompañada de:
Según la gravedad del problema, se puede recomendar reposo y un periodo de baja laboral. En casos muy graves de tensión nerviosa, también pueden recetarse ansiolíticos.
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Suele deberse a cualquier cosa que perturbe la sensación de bienestar de una persona, como una separación o divorcio, un duelo, una mudanza, una lesión o enfermedad grave, o la pérdida del empleo. El cuerpo responde a un acontecimiento estresante produciendo más adrenalina, lo que aumenta el ritmo cardiaco y el flujo sanguíneo a los músculos, ralentizando otros procesos como la digestión, para estar preparados para correr o luchar. Un periodo prolongado de estrés que no disminuye puede ocasionar:
Los síntomas emocionales y físicos específicos pueden tratarse temporalmente con medicamentos convencionales, como ansiolíticos y relajantes musculares, pero solo deben utilizarse como remedios a corto plazo.
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