Remedios naturales para la piel

Ciertas hierbas reparadoras son especialmente útiles para curar malestares de la piel tanto agudos como crónicos.

 ·  05/09/2023
Remedios naturales para la piel

Algunos de los primeros medicamentos de la humanidad fueron ungüentos para el cuidado de la piel. Actualmente se considera que las aplicaciones tópicas a base de hierbas y aceites esenciales diluidos alivian problemas cutáneos y mejoran la salud de este órgano vital.

Ciertas hierbas reparadoras son especialmente útiles para curar malestares de la piel tanto agudos como crónicos. Algunos problemas —las verrugas, por ejemplo— son relativamente indoloros, pero hay que tratarlos de todas formas, pues son antiestéticos o sumamente fastidiosos; otros, en cambio —como los forúnculos—, son realmente molestos y requieren atención inmediata.  Si quieres un remedios natural para las uñas y el pelo puedes checar esto: ¿Afecciones del cabello y uñas? Usa estos remedios naturales

Comezón

Si tienes la piel irritada, con cosquilleo o comezón, padeces de prurito, que podría ser síntoma de:

  • afecciones de la piel, como eccema o urticaria
  • una reacción alérgica a sustancias químicas, ropa o alimentos
  • alguna enfermedad grave, como hepatitis o diabetes
  • estrés.

Los tratamientos convencionales incluyen sustancias emolientes (lociones o cremas calmantes), preparaciones refrescantes —como la loción de calamina— y anestésicos locales que bloquean las señales nerviosas al cerebro. Si la comezón es provocada por una alergia, a menudo se suelen recetar antihistamínicos.

Lo que puedes hacer: Hay muchos remedios caseros para piel seca con comezón. Algunos incluyen crema de pamplina, o crema de caléndula a la que se le agrega aceite esencial de manzanilla, lavanda o hierbabuena (2 o 3 gotas por 1 cucharadita de crema). Simplemente frota cual- quiera de las dos en la zona afectada.

Otras hierbas que alivian la comezón son la sábila (aplica el gel directamente a la piel) y la consuelda en crema o ungüento (la consuelda no debe ingerirse). Para aliviar la picazón puedes aplicar compresas de agua fría en la piel afectada. También toma un baño en agua tibia (justo por encima de la temperatura corporal), a la que hayas agregado 1 taza de bicarbonato de sodio o 1 taza de avena finamente molida con 1 taza de harina de maíz.

Piel grasa

El cutis grasoso tiene poros más grandes que la piel normal o reseca y debe limpiarse varias veces al día. La ventaja es que la gente con cutis grasoso tiende a presentar menos arrugas a medida que envejece. Lo malo, sin embargo, es que es más propensa a los desagradables puntos negros y espinillas.

Lo que puedes hacer: Aumentar aceite a tu dieta para combatir la piel grasa podría no parecer un consejo sensato, pero créenos, lo es, siempre y cuando sea del tipo correcto. El aceite de linaza tiene ácidos grasos esenciales que en realidad podrían mejorar varios aspectos de la piel, incluido el cutis grasoso. Como alternativa, muele una o dos cucharadas de linaza en un molinillo de café limpio y agrégalas al cereal, yogurt o ensaladas. Además de los saludables omega 3, obtendrás una buena dosis de fibra.

Frotar la piel con una mascarilla de avena absorbe la grasa y elimina las células muertas que taponan los poros. En un molinillo de café limpio, muele 2 cucharadas de avena seca; después humedece el polvo con suficiente agua de hamamelis (a la hierba también se le llama “avellana de bruja”) como para formar una pasta. Con las yemas de los dedos, masajea la pasta suavemente sobre la piel y luego enjuágate la cara con agua tibia.

Piel reseca, agrietada o ulcerada

Hay personas cuya piel por naturaleza se reseca o se agrieta fácilmente con el frío. Pero la piel seca, irritada o inflamada también podría ser síntoma de alguna afección subyacente, como:

  • dermatitis
  • eccema
  • una reacción alérgica.

El tratamiento principal para la resequedad o irritación de la piel es una crema o loción emoliente que la alivie y rehidrate. En casos más serios, el médico podría recetarte una crema esteroide, que calmará la comezón e inflamación; sin embargo, no se recomienda su uso a largo plazo.

Lo que puedes hacer: A fin de limpiar el organismo y mantener la piel bien hidratada, bebe abundante agua (por lo menos ocho vasos al día). Consume alimentos nutritivos, como pescados grasos, productos integrales y abundantes verduras crudas. La piel reseca se beneficia especialmente de aguacates, aceite de coco y alimentos fermentados. El alcohol deshidrata, así que bébelo con moderación.

Las cremas o los ungüentos que contienen caléndula, pamplina, manzanilla, sábila, malvavisco (la hierba, ¡no la golosina!) u onagra, así como aceite de coco, se usan externamente para aliviar la piel seca e irritada. Colocar una bolsita húmeda de té de manzanilla en la zona afectada ayuda a aliviar la inflamación; el gel de sábila es útil si la piel está rezumando.

Quemaduras de sol

Los efectos de la sobreexposición al sol podrían no detectarse sino hasta 24 horas después. En la mayoría de los casos, la piel se pone roja y se siente ardor, comezón o irritación. Una quemadura grave es una emergencia médica y podría estar acompañada de:

  • escalofrío
  • fiebre
  • conmoción
  • deshidratación.

Para lo anterior debes acudir al médico de inmediato.

Lo que puedes hacer: En casos leves, aplica compresas frías al cuerpo o toma una ducha fría. También ayuda darse un baño fresco o tibio con 2 cucharadas de vinagre de manzana o 2 cucharadas de bicarbonato de sodio. Usa loción de calamina en las zonas afectadas. Ya que es probable que también tengas deshidratación, bebe bastante agua o una bebida electrolítica hasta que se aclare la orina. La sábila alivia y cica- triza la piel. Aplica un gel preparado a base de la planta o usa el jugo de la hoja. Una loción o crema que combine hipérico (hierba de San Juan) y caléndula fomenta la cicatrización. Se ha demostrado que el aceite esencial de lavanda alivia el dolor de las quemaduras y las cicatriza rápidamente. Mezcla una cucharadita de aceite esencial de lavanda y 1/3 de taza de agua en un atomizador y rocía la piel frecuentemente.

Verrugas

Estas protuberancias pequeñas y duras son causadas por el virus del papiloma humano y por lo general aparecen en manos y pies. Las verrugas plantares son lisas y crecen hacia adentro en las plantas de los pies. También se pueden presentar en los genitales; si las tienes, ve al médico pues se transmiten sexualmente. Entre los tratamientos convencionales están:


  • aplicar ungüentos
  • quemarlas con sustancias químicas
  • cauterizarlas con una aguja eléctrica
  • congelarlas con nitrógeno líquido.

Lo que puedes hacer: El árbol del té (melaleuca) y la tuya (también conocida como árbol de la vida) son hierbas con efecto antiviral. Mezcla 2 cucharaditas de aceite de árbol del té con 3 cucharaditas de tintura de tuya y agítala bien. Aplica 1 o 2 gotas de la mezcla en la verruga hasta 4 veces al día. Como alternativa, machaca un diente de ajo y pégalo con cinta adhesiva a la verruga; el ajo también tiene propiedades antivirales. Es importante proteger la piel que rodea la verruga, con el fin de no lastimarla.

Hay tratamientos caseros sencillos que incluyen machacar una cebolla, extraer el jugo y colocarlo sobre la verruga durante 20 días. Algunas personas recomiendan pegar un trozo de cáscara de plátano obre la verruga, con el lado pegajoso hacia abajo. Cámbialo todos los días hasta que desaparezca la lesión. No se sabe bien por qué, ¡pero funciona!

Forúnculos

Cuando un folículo piloso se infecta, la piel podría inflamarse y producir un forúnculo lleno de pus. Por lo general se forman en las axilas, ingles, mus- los, nalgas y la parte trasera del cuello. Los forúncu- los recurrentes podrían ser indicio de baja resisten- cia a la infección debido a:

  • estrés
  • agotamiento
  • enfermedades
  • mala alimentación.

Generalmente, los forúnculos pequeños desaparecen por sí solos. Si es grande y duele, el tratamiento convencional incluye antibióticos en pastillas o cremas, o picarlo con una aguja (nunca intentes esto por tu cuenta ni trates de exprimirlo).

Lo que puedes hacer: Para extraer pus de un forúnculo los herbolarios recomiendan una cataplasma de olmo americano, y como antiséptico podrías utilizar tintura de caléndula o aceite de lavanda. Otros tratamientos consisten en aplicar uno de los siguientes a la superficie del forúnculo: ajo machacado o cataplasmas de caléndula o sello de oro.

Un forúnculo madura más rápidamente si se alternan compresas calientes y frías. Comienza con una compresa caliente durante 3 o 4 minutos y luego coloca una helada de 30 a 60 segundos. Repite el procedimiento entre 3 y 5 veces. Como alternativa, siéntate en un baño tibio al que has añadido entre 225 y 450 g de sales de Epsom. Hazlo dos veces al día hasta que el forúnculo haya drenado.

Fuegos

Se trata de una infección muy fastidiosa provocada por el virus del herpes simple. Los fuegos aparecen como un grupo de ampollas inflamadas alrededor de la boca que se revientan y forman una costra. Por lo general, una sensación de cosquilleo en la piel precede un brote. Se usa un medicamento antiviral llamado aciclovir para tratar o prevenirlos; se aplica tópicamente o se toma oralmente. A fin de evitar que los fuegos se repitan:

  • consume una dieta balanceada
  • evita el estrés
  • si el sol está fuerte, ponte bloqueador solar en los labios antes de salir.

Lo que puedes hacer: El remedio natural principal para los fuegos es el aceite de árbol del té, pero los aceites esenciales de geranio, toronjil (melisa), lavanda, bergamota y eucalipto también podrían ser eficaces. Agrega el aceite esencial que desees a una base de alcohol: 5 gotas del aceite esencial por 1 cucharadita de alcohol (como vodka), y aplica la mezcla en los fuegos; no la utilices en piel lastimada.

En cuanto sientas el cosquilleo también podrías aplicar jugo de jengibre o incluso ajo fresco. A fin de acelerar la cicatrización al brotar los fuegos, mez- cla una cucharadita de ungüento de caléndula con 3 gotas de aceite de árbol del té (o 2 gotas de aceite de lavanda) y aplícala a la piel.

Moretones

Se presentan cuando los capilares diminutos ubicados debajo de la piel se rompen por un golpe fuerte o presión extrema y la sangre se expande entre los tejidos. A pesar de que hay personas más propensas a presentar este tipo de lesiones que otras, los moretones espontáneos (que ocurren sin lesión aparente o por una ligera presión) podrían ser indicio de deficiencias nutricionales o trastornos en la sangre. Si te salen moretones fácilmente, lo mejor es que acudas a consulta médica.

Lo que puedes hacer: Aplica compresas frías o deja correr agua fría sobre el área lastimada. No apliques hielo directamente a la piel pues podrías lesionar los vasos sanguíneos más pequeños. Siempre que la piel no esté lastimada, puedes aplicar crema de árnica en el moretón dos veces diarias hasta que este haya sanado. También podrías poner tintura de hamamelis en agua para hacer una compresa. Utiliza 1 cucharadita de tintura por cada cucharadita de agua.

Si te salen moretones fácilmente, aliméntate con abundantes antioxidantes, como verduras crudas y frutas frescas. La coliflor, el brócoli y la col son excelentes fuentes de flavonas, compuestos que parecen proteger los vasos sanguíneos y promover la cicatrización. También es útil tomar jugo de piña, pues contiene bromelaína, una enzima que podría fomentar la dispersión de sangre coagulada.

Pie de atleta

Esta es una de las infecciones micóticas (por hongos) más comunes. Afecta la piel ubicada entre los dedos de los pies (generalmente entre el cuarto y quinto dedo), la cual se parte, duele y pica. El pie de atleta por lo general se trata con preparaciones externas que contienen medicamentos fungicidas.

Lo que puedes hacer: Para aumentar tu inmunidad natural a las infecciones micóticas aliméntate con abundantes verduras crudas, jugos de vegetales y ajo. Si eres presa del pie de atleta, mete los dedos contaminados en yogurt natural, pues sus bacterias acidófilas vivas eliminarán los hongos. También desaparecen con vinagre o jugo fresco de cebolla.

Se cree que el árbol del té, la caléndula y el tomillo son estupendos fungicidas. Mezcla 2 gotas de aceite de tomillo en 1 cucharadita de ungüento de caléndula. Puedes diluir aceite de árbol del té en aceite de caléndula en una proporción de 1 a 5 y aplicar en la piel.