La temporada de lluvias trae consigo un alivio tras las altas temperaturas, pero también presenta desafíos para la salud.
Durante estos meses, aumentan las enfermedades respiratorias, en particular el resfriado común. Los cambios bruscos de temperatura, la humedad constante, y el mayor tiempo en espacios cerrados, pueden debilitar el sistema inmunológico y favorecer la propagación de virus.
A continuación, te ofrecemos una guía para mantenerte saludable durante esta época, reforzar tus defensas, y prevenir infecciones comunes.
¿Qué es el resfriado común?
El resfriado común es una infección viral leve pero muy contagiosa que afecta principalmente las vías respiratorias superiores -la nariz y la garganta-. Se transmite fácilmente a través del contacto con gotas respiratorias liberadas al toser, estornudar o hablar.
Sus síntomas incluyen:
- Congestión o secreción nasal
- Dolor de garganta
- Tos y estornudos
- Dolor de cabeza o malestar general
- Fiebre leve
Aunque no suele representar un riesgo grave para la mayoría de las personas, puede ser incómodo y afectar la calidad de vida, especialmente si no se toman medidas para controlarlo desde el inicio.
¿Por qué los resfriados son más comunes en época de lluvias?
- Cambios de temperatura: Pasar de un ambiente cálido y húmedo a uno frío y seco puede afectar el sistema inmunológico.
- Alta humedad ambiental: La humedad favorece la supervivencia y propagación de los virus respiratorios.
- Mayor permanencia en interiores: Para evitar la lluvia, muchas personas se refugian en espacios cerrados y mal ventilados, aumentando el contacto cercano.
- Exposición al frío y la humedad: La ropa mojada y los pies fríos pueden bajar la temperatura corporal, debilitando las defensas naturales del organismo.
Cómo fortalecer el sistema inmunológico
Una buena salud comienza con un sistema inmunológico fuerte. Estas recomendaciones pueden ayudarte a mantenerlo en su mejor estado:
- Alimentación balanceada: Incluye frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Prioriza alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, fresas, kiwi y pimientos.
- Hidratación adecuada: Beber suficiente agua favorece la eliminación de toxinas y mantiene la función celular.
- Sueño de calidad: Dormir entre 7 y 9 horas por noche permite al cuerpo recuperarse y regenerarse.
- Ejercicio regular: Mantenerse activo con actividad física moderada fortalece el sistema inmune y mejora la circulación.
- Reducción del estrés: El estrés prolongado puede debilitar las defensas. Practica técnicas como meditación, yoga o respiración profunda.
Prácticas de higiene para prevenir infecciones
La higiene personal es fundamental para cortar las cadenas de transmisión de virus respiratorios. Toma en cuenta estas medidas:
- Lava tus manos frecuentemente: Usa agua y jabón por al menos 20 segundos, especialmente al volver de la calle o antes de comer.
- Usa alcohol en gel: En ausencia de agua y jabón, recurre a un desinfectante con al menos 60% de alcohol.
- Evita tocarte la cara: Los virus pueden ingresar al cuerpo a través de los ojos, la nariz y la boca.
- Limpia superficies de uso frecuente: Desinfecta celulares, teclados, picaportes, interruptores y otras zonas de contacto diario.
- Cubre boca y nariz al estornudar o toser: Hazlo con un pañuelo desechable o con el pliegue del codo.
Vestimenta y calzado adecuados para la temporada
Estar bien preparado para la lluvia también implica proteger el cuerpo del frío y la humedad:
- Utiliza ropa impermeable: Invierte en una chamarra o capa para la lluvia, junto con un paraguas resistente.
- Protege tus pies: Usa calzado impermeable y calcetines que se sequen rápidamente.
- Cámbiate si te mojas: Evita permanecer con ropa húmeda por mucho tiempo, ya que puede enfriar tu cuerpo y debilitar las defensas.
Remedios caseros que pueden ayudarte
Además de la prevención, ciertos remedios naturales pueden ayudarte a aliviar síntomas leves y fortalecer tu organismo:
- Infusiones de hierbas: Tés de jengibre, menta, manzanilla o canela pueden aliviar la congestión y brindar confort.
- Miel con limón: Mezclados en agua tibia, ayudan a calmar la garganta y ofrecen propiedades antibacterianas y antioxidantes.
- Inhalaciones de vapor: El vapor con eucalipto o menta descongestiona y alivia las vías respiratorias.
- Ajo: Agregarlo a la alimentación refuerza el sistema inmune gracias a sus propiedades antivirales.
- Gárgaras con agua salada: Reducen la inflamación y ayudan a aliviar el dolor de garganta.
¿Cuándo es necesario consultar a un profesional de la salud?
Aunque la mayoría de los resfriados se resuelven sin complicaciones, hay situaciones en las que es fundamental buscar atención médica:
- Fiebre alta y persistente que no cede con medicamentos comunes.
- Síntomas que empeoran después de varios días o no muestran mejoría.
- Dificultad respiratoria, sibilancias o sensación de falta de aire.
- Dolor en el pecho o malestar intenso.
- Presencia de enfermedades crónicas, como asma, diabetes, hipertensión o cardiopatías.
Ante cualquier duda o síntoma persistente, no dudes en consultar a un profesional de la salud.