Los nutrientes clave

Los carbohidratos, las proteínas y las grasas proporcionan la base para todos los procesos del cuerpo, con ayuda de vitaminas, minerales y fibra, sin olvidar los importantísimos líquidos.

 ·  20/04/2023
Los nutrientes clave

Si quieres mantenerte saludable, no puedes prescindir de ninguno de estos nutrientes. Siempre deben estar disponibles en la medida necesaria para que no haya alteraciones a largo plazo en el metabolismo del cuerpo.

Los protagónicos macronutrientes

Los principales ingredientes de la nutrición diaria —carbohidratos, proteínas y grasas— proporcionan a cada órgano y célula del cuerpo toda la energía que necesitan. También son los componentes básicos para la formación de tejido corporal, asegurando su generación, desarrollo y remplazo. Por ejemplo, las proteínas proporcionan los aminoácidos para construir las células musculares y de la piel,
que necesitan renovarse constantemente.

Los micronutrientes a cargo de los detalles vitales

A diferencia de los macronutrientes —que suelen encontrarse en forma abundante en la dieta de un occidental promedio— los micronutrientes se producen solo en cantidades más pequeñas, es decir, en el rango de miligramos o microgramos.

Si bien las vitaminas, los minerales, los oligoelementos y los fitonutrientes no proporcionan energía, son necesarios para llevar a cabo procesos esenciales del metabolismo que no podrían ocurrir por sí solos. Algunos, como los antioxidantes, protegen de daño a las moléculas sensibles, mientras que otros pueden ser perjudiciales en una cantidad excesiva.

Dependiendo de su falta o exceso —algo que puede depender de la dieta o ser resultado de enfermedades crónicas— se desarrollan signos de deficiencia y otros síntomas. Aquí es importante conocer la cantidad correcta y proceder en consecuencia.

Fibra que no es superflua

Una sustancia que no es exactamente pequeña en cuanto a su tamaño también juega un papel especial en el aprovechamiento de los alimentos, aunque no se involucra en él. La fibra dietética no proporciona energía ni es necesaria para los procesos metabólicos importantes en el cuerpo.


Por el contrario, su papel es impedir que el cuerpo absorba dicha energía, por lo que evita que los alimentos se descompongan. La fibra viaja a través del tracto gastrointestinal, y es precisamente esta aparente inactividad la que evita el estreñimiento y, en ocasiones, la obesidad. Esto contribuye a la salud más de lo que pensarías.

Sin agua no hay nada

Cuando consideramos la cantidad de este líquido que el cuerpo necesita a diario, definitivamente podría considerarse uno de los macronutrientes, pero no lo es porque no proporciona energía y no tiene ningún valor nutricional. Sin embargo, sin agua ningún organismo puede vivir, porque todos los procesos importantes de las células tienen lugar en un ambiente líquido. El organismo humano está compuesto de un 60% de agua y necesita un reabastecimiento constante. Normalmente, una persona no puede vivir más de cuatro días sin hidratación.

Inadvertidas, pero importantes

La degradación de las proteínas genera aminoácidos, los cuales, a su vez, forman sustancias de nombres curiosos como purinas y pirimidinas. Estas son las unidades básicas del ácido desoxirribonucleico, el famoso ADN, y del ácido ribonucleico, el ARN. El ADN concentra la información genética, es decir, los genes. Por su parte, los diferentes tipos de ARN son vitales para la transferencia de esta información genética en el metabolismo.

Traducir el código genético

La información genética del ADN consiste en combinaciones de cuatro bloques de construcción, que se equiparan a una letra. Cada uno de ellos consta de una base, una molécula de azúcar y una molécula de fosfato. Cada tres bloques de construcción básicos forman una palabra de código y cada palabra de código representa un aminoácido en particular. Este “lenguaje base” debe traducirse al lenguaje de las proteínas porque estas son responsables de todos los procesos de la vida.

El ARN se encarga de la traducción del lenguaje básico al lenguaje de las proteínas. Crea la información desde el núcleo de la célula hasta el lugar donde se forman las proteínas. Allí, los aminoácidos se unen en el mismo orden según lo establecido en el ADN y se forma una nueva proteína. Y así empieza todo.