La importancia del complejo B

La vitamina B12 forma parte de un grupo conocido como complejo B, un conjunto de micronutrientes conformado por las siguientes vitaminas, nombradas así según el orden de su descubrimiento.

Los mamíferos no podemos sintetizar estos micronutrientes, por lo que debemos adquirirlos a través de una dieta rica en frutas, vegetales y granos; a excepción de la vitamina B12, presente solo en los alimentos de origen animal. Además, las vitaminas del complejo B son hidrosolubles, es decir, se encuentran en los líquidos corporales como el sudor y la orina, facilitando su pérdida con las actividades diarias y haciendo más difícil su almacenamiento en el organismo. De ahí la importancia de la ingesta diaria de complejo B.

Alrededor del mundo, la deficiencia de complejo B es muy frecuente; en México, 68 % de las mujeres tienen baja ingesta de folatos (B9). Aunque pueden deberse a muchas causas (Tabla 1), las deficiencias de complejo B afectan la calidad de vida de las personas ya que, además de los datos clínicos que se presentan (Tabla 2), los niveles bajos de estas vitaminas se asocian a un peor estado de salud a lo largo de la vida.

Aunque no se relacionan bioquímicamente, tienen funciones muy similares en el cuerpo y se encuentran de manera natural en los mismos alimentos.

La gran variedad de funciones del complejo B puede dividirse en dos grupos principales: la función metabólica, relacionada a todos los procesos de generación de energía del cuerpo, y la función neurológica, vinculada con el adecuado funcionamiento del sistema nervioso.

El Complejo B te da energía

Todas las vitaminas del complejo B están involucradas en al menos uno de los procesos para la producción de energía dentro de las células, excepto el ácido fólico. Estos procesos requieren de un adecuado aporte de cada una de las vitaminas para que el sistema de producción energético funcione bien.

Cuando este aporte se ve limitado pueden surgir repercusiones tanto en el metabolismo como en la salud. A grandes rasgos, el complejo B se encarga de descomponer los macronutrientes (azúcares, grasas y proteínas) para convertirlos en moléculas que las células pueden usar para realizar sus funciones. Todos los órganos, desde el cerebro hasta los músculos, utilizan este sistema de obtención de energía, en el cual el complejo B es fundamental.

Además de la energía, un aporte adecuado de oxígeno a las células es imprescindible para que todos los órganos cumplan sus funciones. Los glóbulos rojos, o eritrocitos, son las células sanguíneas encargadas de llevar el oxígeno a través de la sangre hasta todos los rincones del cuerpo para que las células aprovechen la energía eficientemente.

El folato (B9) y la cobalamina (B12) actúan de manera esencial para que estas células tengan una correcta formación y desarrollo, permitiendo así la oxigenación de todo el organismo. Por la deficiencia de B9 y B12 se crean eritrocitos inmaduros, con capacidad limitada para el transporte de oxígeno; esta condición se llama anemia megaloblástica.

Complejo B: Vitaminas Neurotrópicas

Las vitaminas del complejo B poseen tareas específicas en el sistema nervioso; principalmente, las vitaminas B1, B6 y B12 son esenciales para mantener al cerebro y los nervios trabajando correctamente. A estas vitaminas se les conoce como “vitaminas neurotrópicas”.

La importancia del complejo B en la salud del sistema nervioso no solo se ve reflejada cuando se presenta una deficiencia, en la que pueden aparecer cefaleas, falta de concentración, cambios en el estado de ánimo, convulsiones y encefalopatías; también la suplementación de estas vitaminas mejora ciertas condiciones neurológicas, aun cuando las reservas estén en niveles normales.

Además, los beneficios de la suplementación del complejo B son mayores cuando se combinan las vitaminas neurotrópicas, ya que interactúan de manera sinérgica. Estos beneficios incluyen mejoras en la sensibilidad y control de la función motora.

El complejo B mejora la función del sistema nervioso a través de cuatro mecanismos principales:

• En el primero, la B12 ayuda en la regeneración de los nervios tras un daño ocasionado por agentes externos (traumatismos o diabetes).
• En el segundo, la B1 reduce la producción de moléculas que promueven la inflamación de las neuronas.
• En el tercero, se regula la velocidad en la cual los nervios transmiten la información de un lado a otro (neuroconducción), lo que mejora la sensibilidad y evita dolores espontáneos.
• Por último, las vitaminas neurotrópicas, específicamente la B12, ayudan a que la mielina que recubre las neuronas se regenere y se mantenga saludable.

Escrito por Dr Alex. M Solís Álvarez