Estilo de vida

Tácticas para no estresarte por todo

Deja el teléfono

No seas esclavo del teléfono. No tienes que contestarlo cada vez que suene, lo creas o no eso puede estresarte, y esto es lo que le pasa a tu cuerpo por dentro cuando sufres estrés.

Decir no

Aprende a decir “no” cuando esto sea honestamente lo que quieres manifestar. Es importante que te des cuenta de que no siempre decir “no” es algo negativo; es un paso positivo si te liberas de demandas que te rebasan, o si te da un tiempo de descanso y recuperación.

Practica el “no” con amabilidad, no lo pronuncies con agresividad o desaliento. Si tu “no” suena positivo, evitarás sentirte culpable y los demás no se sentirán ofendidos o molestos con tu respuesta.

Pon límites

Decir “no” es el primer paso. Tú no eres una máquina expendedora que tiene que responder cada vez que alguien apriete un botón. Establecer límites con otros te hará sentir que tienes mayor control sobre tu vida, y te ahorrará mucho estrés innecesario.

Los límites pocos claros son uno de los mayores causantes de malestar y angustia.

Administra tu tiempo

Trata de tener una idea clara (sé realista) de cuánto tiempo puedes dedicar a otra persona, a una tarea doméstica, a un proyecto personal o de trabajo, o a cualquier actividad que consuma tu energía.


La administración del tiempo es parte esencial del manejo del estrés; las personas que logran sus metas son muy cuidadosas de cómo invertir su tiempo y su energía.

Controla tu espacio personal

Este es otro límite que, cuando se cruza, puede causar mucho estrés y angustia. Si sientes que tu espacio está siendo invadido, enfrenta la situación, ya sea que se trate de tus hijos, tu pareja, tus colegas en el trabajo o bien de tus compañeros de cuarto o departamento.

Culpabilidad por descansar

No te sientas culpable cuando haces una pausa en tu rutina. Los descansos periódicos nos permiten ser más creativos y productivos. Pueden ser solo 10 minutos para beber una taza de café mientras ves las noticias en la tele, ir en bici a la tienda más cercana o platicar por teléfono con un amigo o familiar.

No te eches encima demasiadas cosas solo para complacer a los demás. Procura sentirte bien tú cuando eres feliz. No pases demasiado tiempo con una sola actividad: varía lo que haces durante el día.

Si has trabajado durante varias horas en la computadora, realiza algo que implique movimiento, como caminar, ir a las tiendas, pasar la aspiradora o trotar en un solo lugar, con el fin de practicar la respiración profunda o de estimular la circulación de las piernas.

Trata de hacer pausas más largas lejos de tu casa, o de tu rutina usual de trabajo, lo más seguido que puedas. Un fin de semana o unos días fuera son increíblemente reparadores.

Juan Ramirez

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