Estilo de vida

Descubre como la periodontitis puede afectar tu corazón

Durante un análisis de muestras de placa bacteriana (la sustancia pegajosa que se acumula en los dientes) obtenidas de 659 participantes con una edad promedio de 69 años, se observó que las personas con mayores concentraciones de cuatro tipos de bacterias típicamente relacionadas con la periodontitis presentaron mayor estrechamiento de las arterias carótidas, que irrigan el cerebro.

Este signo de aterosclerosis es un claro indicio de que la persona corre riesgo de sufrir un evento vascular cerebral (EVC) o un infarto de miocardio.

Higiene dental

Tener buena higiene dental y acudir de manera periódica a consulta odontológica son medidas básicas para controlar la periodontitis. Utiliza pasta dental con flúor para cepillarte dos veces al día por espacio de 2 minutos, como mínimo; pásate el hilo dental a diario (o aséate con un cepillito interdental) y visita al dentista cada seis meses.

También es buena idea invertir en un enjuague bucal antibacteriano diseñado para reducir la placa. Y no olvides que los higienistas dentales pueden ayudarte a retirar restos calcificados o endurecidos de placa ubicados alrededor de los dientes o debajo de las encías.

Para saber si te estás lavando los dientes de modo apropiado, pídele al dentista o al higienista que te revise; otra opción es comprar tabletas reveladoras masticables. Estos preparados dejan manchas temporales en aquellas áreas donde hay placa, lo cual indica que debes asearte con más cuidado. El objetivo es evitar que se acumule placa en los dientes; esto, a su vez, reduce el riesgo de que se formen placas de ateroma en las arterias.

Durante un estudio, investigadores de Australia y Noruega analizaron muestras de sangre de distintos participantes para cuantificar las concentraciones de factores de coagulación y marcadores de inflamación antes y después del tratamiento dental. Según sus resultados, la intervención odontológica reduce de manera notable los factores de riesgo cardiovascular, lo cual indica que eliminar la periodontitis avanzada podría reducir eficazmente el riesgo de sufrir infartos o EVC.


En pacientes con enfermedad periodontal avanzada, la probabilidad de haber sufrido un infarto de miocardio es cuatro veces mayor que entre personas sin signos de la afección. Y según estudios recientes, padecer periodontitis avanzada también duplica el riesgo de desarrollar diabetes.

Primeros focos rojos

Los adultos mayores, los fumadores, quienes padecen bruxismo y las personas que tienen mucho estrés son más propensas a padecer periodontitis. El tratamiento oportuno puede proteger las arterias de lesiones futuras; por eso es recomendable aprender a identificar las señales de alerta.

Estas incluyen lo siguiente:

  • Encías enrojecidas, inflamadas o que sangran.
  • Sangrado de encías al cepillar los dientes o pasar el hilo dental.
  • Dientes flojos y/o aparición de espacios entre los dientes.
  • Retracción de las encías, de modo que los dientes se ven más grandes.
  • Mal aliento.
  • Sabor metálico en la boca.
  • Cambios en la mordida o en el ajuste de prótesis dentales parciales.

El dentista

Es importante acudir a consulta con la frecuencia recomendada por el dentista para garantizar la identificación oportuna de los cambios sutiles que suelen preceder la aparición de la periodontitis, como la inflamación de las encías (gingivitis). También sugerimos realizar visitas de limpieza con frecuencia; esto te ayudará a mantener la limpieza de las áreas que no alcanzas a asear con el cepillo y el hilo dental.

Hilo dental sin complicaciones

Al asearte con el hilo es recomendable siempre seguir la misma rutina. Comienza con las piezas dentales superiores de izquierda a derecha; luego continúa con los dientes de abajo. Al principio, es útil mirarse al espejo. He aquí una serie de consejos para facilitar el proceso:

  • Toma un pedazo de hilo de unos 46 centímetros (más o menos la distancia que hay entre la mano y el hombro).
  • Enrolla casi todo el hilo dental en uno de tus dedos medios. Luego enreda la porción restante en el otro dedo medio; deja una separación aproximada de 5 centímetros entre ambos segmentos. Sostén el hilo con firmeza entre los dedos pulgares e índices de ambas manos.
  • Desliza el hilo entre los dientes. Al llegar a la línea de la encía, rodea la cara de la pieza dental con el hilo de modo que se forme una C. Luego frota con delicadeza de arriba hacia abajo unas dos o tres veces.
  • Repite en la otra cara del diente y continúa con el resto de las piezas dentales, sin olvidar la parte posterior de los últimos molares. Conforme vayas avanzando y el hilo empiece a ensuciarse y desgastarse, enrolla esas partes usadas en el dedo medio que tiene menos hilo.
Juan Ramirez

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