Te aseguramos que se te ocurrirá un sinfín de formas de incorporar más actividad a tu día a día, ya sea jugando a la pelota con los niños en el patio, caminando en lugar de tumbarte en el sofá durante una llamada telefónica u ofreciéndote para sacar a pasear al perro. Este activo enfoque de la vida cotidiana resulta energizante y no debilitante, como sí lo es el estilo de vida sedentario.
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Aprovecha las oportunidades para actívarte a diario
Ya sea en la casa, el trabajo y cualquier otro lugar existen decenas de momentos para mover el cuerpo en lugar de dejarlo quieto.
EN EL TRABAJO
- Haz pausas energéticas: Cada media hora camina cinco minutos alrededor de la oficina o por el pasillo. Haz flexiones apoyando las manos en el escritorio. Realiza 10 elevaciones de piernas y después párate de puntillas 10 veces y estira los brazos 10 veces hacia el techo.
- Consigue una nueva “silla”: Prueba una pelota para yoga o Pilates en vez de una silla giratoria, al menos por ratos. Necesitarás usar los músculos del abdomen y de la espalda para ayudarte a mantener el equilibrio.
- Sube por las escaleras: Subir tan solo dos tramos por día podría ayudarte a perder dos kilos en un año. Subir las escaleras durante dos minutos cinco días a la semana quema tantas calorías como un paseo de 36 minutos.
- Ten más tiempo cara a cara: En vez de enviar correos electrónicos, pasa a los escritorios de tus compañeros. Esto podría ahorrarte casi 5 kilos en 10 años.
- Programa una reunión-caminata: Propón una caminata en lugar de una reunión en una sala de conferencias sin ventilación. Lo más probable es que tus ideas fluyan mejor y que forjes una mejor relación con tus colegas.
EN CASA
- Cocina como lo hacían hace décadas: Pica las verduras a mano en lugar de usar un procesador de alimentos, bate los huevos con un tenedor o un globo, mezcla la masa para pasteles con un cucharón y no con la batidora, saca el abrelatas manual y lava y seca los platos a mano. Todo suma.
- Deja tu auto pulcro: Lava tu auto a mano. Ahorrarás dinero al no tener que ir al autolavado y quemarás hasta 280 calorías en una hora. Y ya que estás en eso, ¿por qué no también aspiras los asientos y alfombras y limpias las molduras de las puertas?
- Corta el césped “a la antigüita”: Deja la podadora eléctrica en la cochera y toma tus tijeras para podar. Afila las cuchillas, aceíta el mecanismo y ¡listo! Con el fin de que tengas mayor comodidad, usa trozos de una alfombra vieja para amortiguar tus rodillas.
- Practica la doble excavación: Los jardineros saben que la mejor forma de preparar las camas de hortalizas es con la doble excavación. ¿Qué es eso? Te explicamos: Durante la primavera, cuando vayas a crear una nueva cama o remuevas la tierra de tu huerto, deja la excavadora eléctrica en el cobertizo y toma una pala afilada. Cava cada hilera dos veces: primero a la profundidad de una pala y la segunda a la profundidad de otra pala más. Rellena la hilera poniendo primero la tierra de la primera excavación y la de la segunda encima. Tendrás más tierra fértil en la parte superior y más tierra esponjosa por debajo, de modo que las raíces puedan crecer fuertes y dar origen a plantas bellas y sanas.
- Deshazte de los herbicidas: Sé amigable con la Madre Tierra (¡y también con tus músculos!): utiliza las manos para arrancar, desenterrar y cortar las malas hierbas. Ejercitarás los brazos y la espalda y le harás un favor a las generaciones futuras.
Elige la diversión activa
- En un día de campo, ¿estás junto a la comida o jugando fútbol con los niños? En el parque, ¿eres el padre o madre que lanza el frisbee y se trepa a las barras o el que se sienta en una banca con cara de aburrimiento? Te prometemos que no tienes que estar en forma para salir a divertirte.
- Juega con los niños: Las sesiones improvisadas de baloncesto, fútbol o atrapados (también conocido como “las traes” o “las chapadas”), o simplemente saltar la cuerda o lanzar una pelota te ayudarán tanto a gastar energía como a dar un buen ejemplo de juego activo a los niños. Este tipo de juego llega a quemar entre 80 y 137 calorías por cada 10 minutos que los realizas. Impresionante, ¿no?
- Ve el ejercicio como una oportunidad para socializar: Aprovecha tus ganas de hacer más actividad física como motivación para inscribirte a clases de chi kung, un club de ciclismo o un curso de tango: algo que siempre hayas querido hacer o que nunca pensaste que harías. Forjar nuevas amistades será una ventaja adicional y la oportunidad de verles te servirá como motivación para seguir asistiendo.
Más opciones
- Hazlo un evento familiar: Opta por la diversión activa, como ir a parques temáticos, pistas de patinaje y piscinas.
- Únete a un equipo deportivo: La mayoría de las comunidades tienen equipos deportivos para atletas mayores. Si quieres un poco menos de intensidad, entrena un equipo infantil u ofrécete como árbitro. Esto te mantendrá en actividad.
- Prueba el yoga: Además de que reduce el estrés, las investigaciones indican que practicar yoga regularmente puede ayudar a bajar la glucosa, así como los kilos, la presión arterial y los niveles de colesterol.
- Ve a los bolos en vez de salir por un helado: Quemarás 100 calorías en tan solo media hora. ¿Dices que hace décadas que no juegas? Pide que pongan guías a los lados de la pista: tu puntuación mejorará y el juego será mucho más divertido.
- Únete a un club de senderismo o descarga un mapa, lleva a una amistad y sal a explorar. Si te encanta pasear por la naturaleza, elige un parque, montaña, playa o lago que te quede cerca. Busca un mapa y revisa si debes pagar entrada. Considera también la posibilidad de interesarte por las aves; la observación de aves es uno de los pasatiempos más populares gracias a la maravillosa diversidad de colores, formas, cantos y personalidades de los pájaros que hay en nuestro continente.